ARTEFIGURA: RETRATOS AL ÓLEO Y CARBONCILLO DE GUSTAVO GONZÁLEZ ECHEVERRÍA.

viernes, 12 de agosto de 2016

RETRATOS AL ÓLEO Y CARBONCILLO DE GUSTAVO GONZÁLEZ ECHEVERRÍA.

Me apasiona trabajar rostros de personajes, a veces por amor o por encargos, siempre es un motivo de estudio, una profundización en dirección al alma.
Una verdadera comunicación entre el modelo, el artista y el público. Al mirar los ojos de una pintura expresiva y realista; caemos en un efecto de presencia, de vida incluso, la magia pictórica.
Nada mas fuerte que un rostro, mas expresivo. Es el tema de temas, la humanidad captada en un momento que nos emocione, al punto de decidir trasladarlo al plano y desde allí, servir a otros como simbolo.

Gustavo González E.

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Dibujar hasta la muerte

Apasionadamente como método de síntesis y de análisis de la imagen real y así poder decodificar todo lo que ella nos quiere mostrar.
Gracias al método académico controlámos la emoción poderosa ante el natural, aunándo la razón al sentimiento.
Aplicado al retrato podemos ser objetivos en mayor grado con los aspectos mas sutiles y poco evidentes del rostro. Digamos, como el parecido o incluso el gesto propio de un individuo, cosa difícil de atrapar en unos trazos o pinceladas al pintarle.
Una síntesis muy específica en las formas nos permite ver lo simple de las estructuras finas de la que se componen los gestos; una arruga en el ala de la naríz, es desaprobación... en la mirada...un corte del ojo a media altura, producido por el párpado, es sospecha.... una frente limpia y despejada es tranquilidad de espiritu, etc.
Dibujando en instantes con todo el sentimiento y en otros con la mente fría. Sintiendo al otro ser, con compasión; y un instante despues, viéndo cada parte del rostro como planos geométricos.
Eso solo nos ocurre a los retratistas, es mas fácil hacer paisajes o bodegones... allí no hay tanto compromiso del humano, de las sensaciones cercanas.
Y es que el pintor de vigor interpretativo, puede ver mas allá de lo superficial, y sin querer descubre el alma del retratado, decidiendo cual es su gesto y momento de realidad, cuando es él mismo.
Al dibujar constantemente nos enfrentamos a la persona y su alma con mejores armas para comprenderla y saber interpretarla.